Llegamos directito a comer en un pequeño restaurante, solito, un día muy fresco y lluvioso.
Eramos unas ocho personas mas o menos, todas sentadas en una larga mesa de madera con manteles de plastico adornados con imágenes de flores, jarritos, etc. Todos tomamos café de olla y nos atascamos de tacos de carnitas, después los más chiquitos jugaron en uno de los jueguitos en el patio del lugar, casi sacando los tacos que se acababan de comer. Llenos de lodo en los tenis, con frio, pero muy llenos y contentos regresamos a la ciudad..
Ese, es uno de los recuerdos más marcados que tengo de una de mis visitas a Los Cavazos en Santiago N.L., y estoy segura que así como yo, muchas otras familias neolonesas tienen los suyos. Recuerdos que son muy fáciles de lograr y aun así muy dificiles de borrar..
Así son los días en Los Cavazos, y así, mas o menos, fue en esta ocasión. Ahora logré crear memorias con mis amigas, nunca había ido con amigas.. Ahora no comí carnitas, pero ahora conocí un poco más para allá.
Salimos de Monterrey a medio día, llegamos rápido, y directo llegamos a caminar por ahi. Lo primero que vimos fué un señor vendiendo juguitos de uva, no se si era la sed, la emoción de conocer más cosas, o qué! Pero fué lo primero que compré, me supo delicioso y fresco.. y me convenció.
Tan rápido llegamos se empezaba a sentir el calorsito y olor de la carne asada, todos los asadores afuera de los restaurantes te llamaban a entrar... No entramos.
La carretera rodeada de los puestos y locales, del color y el olor, de la gente.. Los puentes para cruzar de lado a lado, hacen de Los Cavazos un lugar único en Nuevo León.
Caminando por ahi compramos, obviamente, elotes. Para mi, los mejores elotes son los que se venden aca en Nuevo León, y creanme que he probado en Oaxaca, Jalisco, Cd. de México, San Luis Potosí, soy la más adicta a los elotes desde que tengo memoria y ninguno, ninguno, supera los elotes de aca. No solo los elotes, sino la carne asada, los "duritos", las "conchitas", los Tostitos con elote, las tostadas, las viboritas, los bollos .. etc, etc. Para comida chatarra y antojitos domingueros, Monterrey.
Después del delicioso elote, el bollo, las gorditas de azucar, el pan de elote y las empanadas nos fuimos a darle un poco más por la carretera y ahora con destino a La Cueva de los Murcielagos.
Había escuchado de ella, la había visto de lejitos, pero no había estado enfrente de ella nunca. Desde el camino antes de llegar ya se sentía el ambiente fresco, natural, verde. Con una vista de la Presa de la Boca a nuestra derecha, hermosa y con muchísima vegetación enfrente, sabíamos que nuestro destino iba a ser bonito. Llegando ya se veía imponente la montaña con la Cueva "asomandose" por ahi.. desgraciadamente, no era el lugar bonito que me imaginé. Por parte de la naturaleza si lo era; verde, con un rio paseandose enfrente. Pero, por parte de nosotros no, definitivamente necesita una "manita de gato". Estuvimos ahí unos 40 minutos, pues no puedes hacer mucho si no llevas ropa para meterte al rio, o comida, o tiempo..
Asi que mejor nos fuimos y creímos que ir a La Presa de la Boca era una buena idea. Y si lo fué.
Era domingo, así que era de esperarse que estaría llena.. llena de gente, llena de carros, llena de música, llena de tradición.
Si te molesta la música norteña, texana, banda sinaloense, ranchera, la multitud, la cerveza, etc, creo que no es un buen lugar para ti. Pero si te gusta algo de esto, y aparte te gusta estar entre amigos, familia, y frente a la hermosa vista que te ofrece la Presa, obviamente es un lugar que debes visitar.
Es una costumbre muy regia el ir cada domingo a pasar la tarde allá, comer mariscos, cantar, divertirte.
Saliendo, exhaustas, nos regresamos a Monterrey, con unas pesadas nubes grises arriba de nosotras, y un bochornoso clima, típico de la temporada...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario