¡Hola turistas!
Este es el último relato del viaje a la ciudad de México dos meses después pero bueno aquí está, sigo recordándolo como si fuera ayer, fue la razón de ir a la ciudad y ver a una banda que al final del evento no podría siquiera creer lo que había visto.
Domingo 13 de Octubre desperté al rededor de las 10 de la mañana con una espalda deshecha y con las piernas adoloridas, habíamos quedado de salir temprano a desayunar para poder esta a tiempo en el camión que nos llevaría al concierto el cual estaba supuesto a salir a las 12 del hotel.
Me bañé y arregle y salimos a desayunar como a las 11 pasaditas, salimos a buscar un lugar donde almorzar y caminamos algunas calles sin encontrar algo que nos convenciera, queríamos comer callejero, barato y sobre todo delicioso, vaya exigencia la nuestra.
Le dimos algunas vueltas a ciertas cuadras que la verdad no sabíamos con que rumbo íbamos, solo sabíamos que teníamos hambre y que no estabamos tan lejos del hotel. Mas de 24 horas sin comer y vimos a mediación de calle un puestesito normal de esos que parecen casitas con una ventana abierta por donde atienden a la personas.
"Buenos días" -dijimos a las señoras que ahí se encontraban, con esa amabilidad que les caracteriza, preguntamos que tenía y rápidamente nos hizo saber su gama de platillos, preguntamos por el precio y vaya sorpresa que nos dimos al saber que por $12 pesos podíamos tener una quesadilla enorme, sin pensarlo nos sentamos nos hicieron un espacio para los banquitos e hicimos nuestra orden.
Comimos de lo lindo y la señora dueña del puesto "Doña Cons" no paro de contarnos sus historias y nosotros amantes de escucharlas le hacíamos mas preguntas. En resumen lo que nos comimos cada uno fue 1 quesadilla, 1 "sopesito" (sopesote diría yo), 1 burrita (enorme también) y un 1 litro de jugo todo esto por la módica cantidad de 50 pesos. Increíble pero cierto salimos rodando de ahí, alegres y contentos después de la mal pasada por fin logramos una comida mas que genial. Si van al DF por favor coman ahí su puesto tiene mas de 15 años, el sabor es exquisito, el ambiente muy agradable y el precio bueno no se diga. Se encuentra muy cerca del monumento a la Revolución, Doña Cons es conocida por todos los que pasan por ahí, toda persona que transitaba mientras comíamos la saludaba, y ella sin demora les respondía deseándoles el mejor de los días, e invitándolos a sentarse a comer sin decir una palabra, pues el olor de sus guisos y la sonrisa que brinda hacía todo el trabajo por ella.
Pasaban las doce, con el estomago lleno y con ganas de seguir platicando, tuvimos que retirarnos despedirnos de la doña cons que a todo esto nos dio clases de zapoteco pues ella es de Oaxaca y nos dijo varias frases para expresarnos, dijimos adiós amenazando con volver, caminamos despacito hacia el hotel, era tarde, pero por fortuna el camión seguía ahí, nos dio tiempo de bajar maletas y acomodarnos con calma, el cuerpo nos pesaba y no había forma de acelerarnos.
Subimos al camión esperamos pacientemente a que arrancara, y el trayecto al autódromo fue un poco largo, y cuando llegamos al estacionamiento nos dieron indicaciones de como llegar, estaba fácil y el flujo de gente no guiaba, cruzamos calles, puentes, y casi todo el autódromo, para encontrarnos con una fila enorme de entrada, ya se escuchaba la primer banda tocar y eso agitaba un poco a la gente, logramos entrar, después de hacer fila bajo el sol y en medio de la multitud.
Un tanto deshidratados fuimos a comprar cerveza, no tan fría como esperábamos, entrevistando a la señorita que despachaba hicimos nuestras cuentas y vaya que si deja ganancias para los organizadores, solo con la venta de bebida, en fin, transcurrió el día, vimos un par de bandas, que no conocía, Artic Monkeys estaba agendado para tocar a las 8 de la noche, y como experta en conciertos que no soy, decidí que para verlos desde cerca, tendríamos que llegar a las 6 a buscar un buen lugar, así fue desde las 6 ya estábamos parados al frente del escenario para irnos acercando poco a poco.
Una banda antes de Artic Monkeys, era Vampire weekend, admito mis amigas ya me habían comentado de ellos insistiendo lo buenos que son, sin darles importancia nunca los escuche, y ese día que los presencie, y excelente ambiente y ritmo que nos ponía a todos a bailar.
Fuera de los empujones y casi asfixia que sufrimos el evento es y será inolvidable, cuando sale Artic Monkeys mi garganta no podía mas, grite como acostumbro sumado al desgaste de garganta que sufrí gracias a six flags, ver a Alex Turner tan cerca y corear las canciones que me gustaban simplemente valieron la odisea que vivimos para lograrlo.
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